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Este blog estará siempre abierto a aquellos que de forma independiente y desinteresada deseen aportar su granito de arena para difundir y engrandecer la cutura de la tauromaquia en cualquiera de sus manifestaciones.

viernes, 30 de agosto de 2013

Parecidos razonables. La calidad de 2 toreros


- ¡Dime un torero!
- Diego Urdiales
- ¿Y no me dices Morante?
- No son tan distintos
- Tú estás loco
- Vale, pues lo estaré, pero a mi se me parecen

Esta conversación la tuve no hace mucho con un amigo y repasando las magníficas fotos que hizo Miguel Pérez-Adrados de la faena de Diego Urdiales al toro de Victorino Martín en Bilbao - no se porqué-  esta conversación me volvió de nuevo a la cabeza.
O tal vez sí.
Vosotros diréis.

Un concepto muy similar del lance con el capote

Los doblones de inicio beben de la misma fuente


En el toreo vertical las calidades alcanzan cotas para mí equivalentes
Con el mismo terno y en la misma plaza es difícil distinguirlos
El mismo concepto también al natural
No se puede torear más encajados y más naturales
Los ayudados por bajo y para finalizar...
El molinete volcado en la cadera




















































































La fiesta es injusta con algunos toreros y a veces, cuando desafortunadamente surge la oportunidad de cambiar algunas cosas, parece mentira que los empresarios vean tantas dificultades para cubrir algunas sustituciones.
 
Nota: Lamento no poder citar a los autores de las fotografías de Morante de la Puebla que han sido extraídas de diferentes páginas web y cuya utilización se hace en este blog con la finalidad de explicar 2 tauromaquias que considero extraordinariamente próximas.

sábado, 24 de agosto de 2013

Pañuelos de colores


Foto www.las-ventas.com
Escribía Corrochano que si se juntaran todos los buenos aficionados de España no serían suficientes para llenar un autobús. Por ello hablaba de lo necesarios que son el resto de espectadores que asisten a las plazas de toros que ni son entendidos ni por supuesto alcanzan la categoría de "aficionados".

Han pasado los años y todo eso sigue -a mi juicio - plenamente vigente hoy en día.

Gustan algunos “aficionados” de asistir a las corridas de toros provistos de pañuelos de varios colores – blancos y verdes - que agitan con vehemencia para hacer saber a la autoridad sus opiniones y propuestas acerca de cómo se ha de conducir el desarrollo del festejo.

Me parece bien y les animo a continuar.

Pero después de las últimas polémicas presidenciales de Madrid he leído opiniones de este estilo: "... el presidente cumplió con su obligación al desatender la petición de los autobuseros orejeros que había en la plaza frente a atender a las protestas de los aficionados que allí estaban y que, en definitiva, son los que van (y pagan, sea dicho de paso) todos los días…”

¿Cuál es la decisión correcta?

Cometemos un error de bulto los aficionados si creemos que ocupamos una posición de superioridad frente al resto de espectadores.

No nos confundamos: en una plaza de toros "sólo" hay toros y toreros en el ruedo y espectadores en las gradas.

Cada uno con su criterio y con sus motivaciones. Cada uno con sus conocimientos o desconocimientos, pero todos con una entrada en el bolsillo y un pañuelo para dar su opinión. Y todas cuentan o deberían contar por igual a la hora de valorar el éxito de los toreros.

Acaso algunos serían felices si en la taquilla al retirar su localidad se obligara al espectador a responder un pequeño cuestionario y, en función de sus respuestas, se le asignaran pañuelos de colores diferentes:

Blanco con leyenda “orejero” si ha venido en autobús a animar a su torero. Cuenta por uno.

Amarillo con leyenda “superior” si viene de comer rabo de toro y tomar café con un ganadero y los directivos de una peña. Cuenta por 10.

Burdeos con leyenda “élite” si sabe resolver acertadamente el sortilegio de cómo quedarse completamente cruzado con el toro para ligar el tercer muletazo de cada tanda. Cuenta por 100.

Sería fácil un cómputo cromático y la aplicación por el presidente de una fórmula polinómica que hiciera un cálculo preciso y exacto de la decisión a tomar.

Tal vez hubiera que arrimar una nueva silla en el palco presidencial para que la ocupe el “asesor estadístico”. No sería esto un problema sino una forma esta de crear nuevos puestos de trabajo entre matemáticos y universitarios cualificados. (Dejo ahí la propuesta).

Quiero para mí el pañuelo blanco y huyo de aquellos aficionados que para afimar su condición de élite cavan con su intransigencia y desprecio la fosa en la que deberían recluirse, expulsados de las plazas, la masa de ignorantes y patanes.

Dejémonos de historias. El reglamento es sabio. La fiesta es del pueblo:

Al presidente le cabe la obligación de evaluar si la petición es mayoritaria o no a la hora de conceder la primera oreja. Ya impondrá su criterio y el rigor de la plaza en la concesión del segundo trofeo.

A los aficionados nos cabe la responsabilidad de expresar nuestra opinión y con nuestra actitud en el tendido y nuestros argumentos tratar de extender el conocimiento entre el resto de los espectadores con la ilusión de que tal vez algún día seamos capaces de llenar otro autobús.

Si en alguna ocasión el precio a pagar por ello es que algún joven novillero mantenga su ilusión y la de sus paisanos me apunto con gusto a pagarlo.

sábado, 17 de agosto de 2013

¿Indultos?

Tal vez no sea justo pero creo que es necesario ser más exigente con quien más se admira.
Es el caso de la ganadería de Victorino Martín.
No creo ser una excepción si digo que al hacer balance de los toros importantes que guardo en mi memoria de aficionado aparecen una enorme cantidad de toros de esta ganadería.

Pero todos ellos tenían una primera parte común que era su presentación impecable, luego venía su casta, su bravura y todo lo demás.

Pero hay algunas cosas que han cambiado y francamente me disgustan, aunque tal vez no sean del todo nuevas en esta ganadería.

Lamento no recordar el autor del artículo para poder dar la cita precisa, pero ya hace años se escribió acerca de la presentación de las reses de esta ganadería aquello de que "no todo lo que pare vaca debe llegar a toro".

Y la gota que colma el vaso es el titular que aparece en su propia web calificando de histórica la tarde de Vitigudino.

La web de Victorino Martín siempre tuvo una sección con la opinión del ganadero en la que se hacía un meritorio ejercicio de generosidad hacia el aficionado con unas opiniones honestas, realistas y equilibradas sobre el juego de sus reses. Los aficionados aprendíamos de ello.

Últimamente se ha incorporado una sección con titulares y reseñas impropias, llena de autobombo y que ha perdido el criterio y rigor en la opinión y percepción de la fiesta. Los aficionados huimos de ella.

Pero, en fin, a lo que íbamos. Hace años pregunté a Victorino Martín Andrés su opinión sobre porqué su ganadería tenía, frente a otras un corto historial de indultos. Su respuesta fue la que yo esperaba: el indulto se ha de reservar para el toro que lo merece de verdad por trapío y comportamiento y éste muchas veces en la plaza no puede apreciarse realmente con un sólo puyazo y una lidia poco exigente.

¿Qué ha pasado en esa casa para que se califique de "histórica" una tarde en la que se indulta un animal que por presentación y trapío nunca debió llegar a toro y que únicamente entró una vez al caballo?

¿Serán estos los reproductores sobre los que se construya el futuro de la ganadería?

Esclavino Indultado en Vitigudino


Melenudo Indultado en Úbeda

Definitivamente, no puedo aceptar que todo lo que pare vaca deba llegar a toro, y menos a semental en una ganadería de leyenda.