Una de las cosas que hace más grande a la fiesta de los toros es el diálogo permanente que se establece entre el torero y el público.
Este es uno de los pocos espectáculos en el que los espectadores tienen la libertad y el atrevimiento de dirigirse al artista para expresarle su opinión, reprocharle su actitud e incluso para corregirle algún que otro "defecto técnico".
Trasladado a otros espectáculos sería poco más o menos así:
- Durante la representación Otello se insinúa a Desdémona y la besa tiernamente. Le pide que se prepare para la muerte. Está a punto de estrangularla ...cuando en ese momento sucede lo inesperado.
- Un espectador se levanta en el centro del patio de butacas y le grita al actor que está mal colocado, que la túnica le hace arrugas, que no se estrangula así...
Si lo sabrá él que ha leido mil veces cual es la forma correcta de agarrar a alguien por el pescuezo.
- Mientras tanto un grupo de espectadores en la fila 7 agitan los brazos apoyando al inesperado maestro del patio de butacas.
El resto del público, perplejo, no sabe que hacer. Uno que estaba distraído grita desde un palco ¡Bueno! ¿La mata o no la mata?
- El tenor replica al espectador, "Yo siempre he cogido a Desdémona por el cuello de esta forma. Si quiere que la estrangulen de otro modo vaya a ver a otro cantante".
- Los de la fila 7 se crecen y le advierten al tenor sobre lo grave de su conducta. "Como se atreva usted a contradecirnos no vuelve a cantar en este teatro, ¿quien se ha creido que es usted?...
Esto pasa en los toros de forma habitual y es parte de su encanto.
Ayer mismo, en Madrid, alguien le corrigió a Juan Mora la forma de coger el palillo de la muleta. Juan Mora le contestó -creo que con buen tono- y allí no pasó más. Un lance de la faena.
Como hoy he leido algunos comentarios que advierten al torero que es mejor estar calladito no sea que los custodios de la fe y la ortodoxia taurina se enfaden, me he tomado la molestia de convocar a los maestros y revisar algunas fotos tratando de resolver la grave cuestión de por dónde se coge el estaquillador en el toreo al natural.
Antoñete dice que en el tercio más próximo al cáncamo y a su altura,
... pero Julio Aparicio dice que no que junto al cáncamo y con la mano baja.
Paula replica que no tienen ni idea, que por el centro y hasta detrás de la cadera,
Juan Mora insiste en lo del cáncamo y en que la belleza está en encajar los riñones y echar los vuelos.
No está del todo de acuerdo El Cid con lo anterior, dice que vale lo del cáncamo, pero que lo bueno es sacar el pecho hacia el toro y cargar la suerte
Quien lo tiene claro es Salvador Cortes. Niega todo lo anterior y da la razón a los del 7 y dice que no que, los pies clavados y la muleta cogida por el centro y plana, aunque no vuele.
Esplá se suma a la fiesta y dice que ni lo uno ni lo otro que él a su manera
José Tomás, me hizo saber a través de Salvador Boix que: "No se, como toreo para mí, a mí que más me da"
Como la situación se ponía cada vez peor y con estos tíos no hay quien se aclare, preferí dejarlo.
Así que me quedé con la duda y con la pregunta que me atormenta:
"Y ahora..., ¿por donde cojo yo el palillo?"
Nota: Las opiniones vertidas en este artículo son ficticias, no así los naturales que las ilustran y que agradezco a los maestros a quienes aprovecho para mostrar mi admiración y respeto.
Amigo Felipe, cada uno a mi entender lo debe coger por el lugar que se sienta más torero;
ResponderEliminarcomo decía el Guerra, c´a uno es c´a uno y seis media docena.
Un abrazo.
Ja,ja,ja,ja Ole, que articulo mas bueno.
ResponderEliminarEl toreo no se compone de otra cosa que de sensaciones, y cada uno lo interpreta como lo siente, aunque haya obtusos que no se dan cuenta y que se creen en posesión de una unica verdad, que lástima me dan pues se pierden la rica variedad de la que se compone el toreo.
Como me dijo un día el maestro Jose de la Cal, expresate como te sientas, los demás, el resto. . . Carece de importancia.
C'est très intéressant. Différences très subtiles. Les positions des corps. Remarquable recherche.
ResponderEliminarLa première partie de l'article est vraiment réussie, et très amusante : j'ai bien ri. Et c'est finement observé. Super!
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