Foto Héctor Pastone
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Ha acabado nuestra temporada y en los últimos días he visto como la figura de los Aficionados Prácticos está siendo objeto de comentarios y fuente de debate.
Más allá de menciones y elogios que agradezco pero que se deben sin duda más al cariño personal que me tienen mis amigos que a cualquier otra cosa pienso que es un buen momento para formular una reflexión en voz alta y para situar nuestra figura en lo que, a mi juicio, debe ser su contexto real y su verdadera dimensión.
En este sentido, me interesa centrar este comentario entorno a 3 aspectos sobre los que conviene pararse a reflexionar:
1º Cada uno debe saber porqué hace las cosas y cuales son sus metas.
Y es que hay muchos porqués a la hora de plantearse acercarse a la tauromaquia desde la persepectiva del aficionado práctico. Tantos como aficionados que torean.
Explicaré el que a mí personalmente me interesa:
Hace unos días he leido un precioso artículo en el que Ignacio Sánchez Mejías nos califica cariñosamente como frikis del toreo. No me molestó. Y le entiendo porque a primera vista tal vez no le falte razón.
Sin embargo, tengo claro que es fundamental hoy en día que el aficionado no se conforme con serlo sino que tenemos obligación de mostrar nuestra afición.
Contrapesar en nuestro entorno de actividad el mensaje antitaurino con nuestro ejemplo personal de combinar nuestra actividad diaria y profesional con la práctica y el amor por nuestra afición, es una de las mayores contribuciones que podemos hacer a favor de la fiesta: hacer visible que se puede ser aficionado a los toros y ser una persona normal.
2º Imprescindible diferenciar toreo profesional de toreo aficionado.
Torear, lo sabéis bien todos, nos brinda el espejismo de la vanidad y a veces nos puede confundir. Sin embargo no debemos perder la perspectiva y hemos de tener siempre presente que la distancia entre el último profesional y el mejor aficionado es sideral.
Son mundos no comparables y creo que se confunde quien trate de ponerse en un plano de igualdad.
Nos relacionamos con los toreros. Nos rozamos con ellos, aprendemos de ellos y mi experiencia me dice que cuando nos acercamos llenos de verdad y vacíos de interés fácilmente podemos llegar a ganarnos su respeto y su consideración.
Pero insisto, debemos tener claro que no somos toreros, únicamente aficionados que torean.
3º Respetar la fiesta y entender que el papel del aficionado práctico es aportar y en ningún caso quitar cosas a la fiesta.
Respetar la fiesta es esencial. ¿Qué aporta el aficionado práctico? Simplemente aficionados con mayor grado de conocimiento, con capacidad de extender en el tendido el criterio y el ejemplo, conscientes en todo momento de que la práctica no es el único camino para convertirse en un buen aficionado, ni es marchamo de superioridad frente a otros aficionados.
Sin embargo, debemos advertir que el riesgo de quitarle cosas a la fiesta desde los aficionados prácticos es cada vez más evidente, quitamos vacas y campo a algunos toreros, encarecemos el precio porque pagamos por torear.
Esto sería un precio tal vez asumible para la fiesta, y que podemos compensar haciéndonos acompañar por novilleros y/o profesionales en nuestras escapadas al campo.
Pero lo que me resulta inaceptable es la tendencia que adivino a restar puestos a novilleros sin caballos y sustituir novilladas sin picadores por bolsines públicos con aficionados prácticos, baratos y rentables.
Grave peligro este de hacer daño con nuestra afición al eslabón más débil de la cadena del toreo.
Esto último me preocupa cada vez más y trataré al menos de no caer en ello.
D.E.P. Josemari Manzanares, (el Maestro de Maestros). Se nos ha ido una gran leyenda, un referente para todo el mundo taurino, su toreo impecable, su clase, su empaque, su elegancia, su arte y su pureza. Tenía una expresión propia de los elegidos, un portador del compás, creaba un ritmo místico del ritmo en todo su toreo, con una seducción extraordinaria para todos los entendidos taurinos.
ResponderEliminarAmigos taurinos:
Sobre Las reflexiones de la figura del Aficionado Práctico
Permitidme deciros, que como aficionado debo expresar mi absoluta felicidad por haber participado en dos ocasiones con todos los amigos del taller de toros, (siempre respetando al profesional que vive del toro).
Mi ilusión, respeto a una profesión, la constancia, el conocer diferentes puntos de vista, el descubrir en primera persona y ponerse delante de una vaquilla, son sensaciones que a mis 62 años, me habéis hecho encontrar con unos sentimientos y filosofía de vida que es muy difícil de escribir, y por supuesto, el escuchar las experiencias de los profesionales y de todas las personas que algo te pueden enseñar, para profundizar en aquello que más te gusta, son valores para un aficionado como yo, simplemente extraordinarias.
He de deciros también a todos los que leéis este medio, que todas las explicaciones y fundamentos que me habéis transmitido, van en una línea de respeto y lealtad a las tradiciones que impone un aficionado a la tauromaquia y mucho más al profesional que vive del toro.
La ilusión mía… como aficionado que se puso delante de una becerra, el sábado 18 en la finca de Tierz, sin haberlo hecho nunca, me queda una sensación de aquella niñez que ahora ha tenido una recompensa buscada; superar miedos y con trabajo, sacrificio y mucho corazón, permitirme a través del blog deciros, que he sido capaz de expresarme a mí mismo “esa torería” que siempre he llevado dentro, queda para mí solo.
FeLipe siempre ecuanime y sentando Catedra comparto tus reflexciones.
ResponderEliminarUn abrazo