Es la sapiencia el más alto grado del conocimiento y por lo tanto un nivel que se me antoja imposible de alcanzar sin contar con la ayuda de los mejores maestros.
Maestros que han de reunir dos requisitos esenciales: saber y saber enseñar.
Aunque parezca lo mismo son dos cosas muy distintas. Y en esto del toreo más. Porque si son pocos los que de verdad saben de esto menos son los que tienen la vocación y las condiciones necesarias para enseñar.
En Sapiencia Torera se mezclan de forma perfecta estos dos ingredientes en base a dos personas con las que he tenido el honor de rozarme en menos ocasiones de las que me hubiera gustado, pero que han sido suficientes para descubrir en ellos su pasión por los toros y su voluntad de enseñar.
Conocí a Jesús Collado en un curso de toreo para aficionados en El Puerto de Santa María. Me impactaron tanto su cercanía humana como su capacidad para entregarse por completo en cada clase con los aficionados.
Inagotable en el esfuerzo, generoso en los consejos, paciente con el principiante y con una capacidad para adaptar sus mensajes a los muy diversos niveles de conocimiento de los alumnos digna de los mejores maestros.
Aprendiendo a torear con Jesús Collado |
Rezuma educación taurina, conocimiento y afición a partes iguales.
Percibí en él el único interés en ayudarnos a disfrutar del toreo de salón y de nuestro encuentro con los animales.
Siempre atento y ágil en el quite, anticipándose a nuestros numerosos errores, lo sentí en todo momento como un verdadero Ángel de la Guarda en el ruedo.
Le debo consejos que después he podido aplicar frente a las becerras, impagables lecciones de lo que hay que hacer y de lo que no.
Con Curro Robles coincidí en un tentadero. Para él tal vez uno más acompañando a su matador. Para mí en aquél momento mucho más que la Corrida de la Prensa. Aprendí de él que no se levanta la cara cuando estás en el suelo a merced de la erala y que esto es para listos.
Curro Robles me hace un quite a cuerpo limpio |
Jesús Collado y Curro Robles han iniciado en Sevilla esta aventura de Sapiencia Torera y me consta que se acercan a esta parte de la fiesta que somos los aficionados prácticos repletos de ilusión y vacíos de interés.
Por eso están aquí. Por eso, a los que andéis cerquita de Sevilla, si queréis crecer en vuestra afición, aprender a torear y conocer gente que de verdad vale la pena, os recomiendo que os acerquéis a verles.
Que luego alcancéis la verdadera Sapiencia Torera depende ya de vosotros.
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