Este año hemos ampliado nuestro programa de actividades incluyendo la celebración de encuentros con otros grupos de aficionados.
Por lo tanto, ayer era para nosotros día grande. Teníamos invitados y nos estrenábamos como anfitriones.
No era un grupo cualquiera quien venía a casa, era probablemente el Club Taurino de más solera de España que por historia, por tradición y por su trayectoria de más de 100 años de afición a los toros y presencia social, se ha convertido en una verdadera institución en la sociedad bilbaína.
Venían a visitarnos los socios del Club Taurino Cocherito de Bilbao.
Podría contaros muchas cosas sobre cómo se fraguó el encuentro o cómo nos sorprendió que un Club de este nivel se fijara en nuestro taller de tauromaquia, pero del día de ayer me quedo con otra cosa:
¡Qué fácil es entenderse con quien comparte una pasión!
Cuando éramos niños salíamos a la plaza del pueblo y si había alguno nuevo, al que no conocíamos, al poco de jugar con él ya era uno más.
Y así fue ayer, salimos a la plaza y cogimos los trastos. Y jugamos al toro. Y a los pocos minutos éramos todos un mismo grupo.
Me gusta pensar que cuando lleguen a Bilbao y otros socios les pregunten tal vez la cosa pudiera ser poco más o menos así:
No era un grupo cualquiera quien venía a casa, era probablemente el Club Taurino de más solera de España que por historia, por tradición y por su trayectoria de más de 100 años de afición a los toros y presencia social, se ha convertido en una verdadera institución en la sociedad bilbaína.
Venían a visitarnos los socios del Club Taurino Cocherito de Bilbao.
Podría contaros muchas cosas sobre cómo se fraguó el encuentro o cómo nos sorprendió que un Club de este nivel se fijara en nuestro taller de tauromaquia, pero del día de ayer me quedo con otra cosa:
¡Qué fácil es entenderse con quien comparte una pasión!
Cuando éramos niños salíamos a la plaza del pueblo y si había alguno nuevo, al que no conocíamos, al poco de jugar con él ya era uno más.
Y así fue ayer, salimos a la plaza y cogimos los trastos. Y jugamos al toro. Y a los pocos minutos éramos todos un mismo grupo.
Me gusta pensar que cuando lleguen a Bilbao y otros socios les pregunten tal vez la cosa pudiera ser poco más o menos así:
- Pero vosotros, ¿a qué fuisteis a Valladolid?
- A conocer a unos locos que juegan al toro. Nos dejaron jugar a nosotros también y no veas cómo nos lo pasamos.
- ¿Y nada más?
- Bueno también visitamos la plaza, vimos un museo, fuimos al campo y comimos, pero eso es lo de menos.
- ¡Bah, lo de siempre!
- No, lo de siempre no. Tú no sabes cómo se pasa jugando al toro.
- A conocer a unos locos que juegan al toro. Nos dejaron jugar a nosotros también y no veas cómo nos lo pasamos.
- ¿Y nada más?
- Bueno también visitamos la plaza, vimos un museo, fuimos al campo y comimos, pero eso es lo de menos.
- ¡Bah, lo de siempre!
- No, lo de siempre no. Tú no sabes cómo se pasa jugando al toro.
Bienvenida y visita a la Plaza de Toros de Valladolid |
Recepción en el Museo del Toro |
Visita al Museo del Toro |
En la Plaza de Tientas de la ganadería de Toros de Tierz |
Entrenamiento y toreo de salón en la finca Toros de Tierz |
Clase Práctica en la Plaza de Toros de Tudela |
Los del Cocherito, también se animaron a torear |
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