Ayer los aficionados de Íscar nos abrieron las puertas de su extraordinaria plaza cubierta para que pudieramos celebrar nuestro último entrenamiento antes de la clase final.
Es agradable poder participar en lo que puede ser el inicio de un nuevo grupo de aficionados prácticos.
Ayer compartimos experiencias y una sesión extraordinaria del Taller de Tauromaquia.
A ellos les sirvió para iniciarse. A nosotros -con nuestra mente más puesta en el próximo sábado- nos sirvió para hacer un intenso entrenamiento.
Hay que ver como andan ya algunos.
Hubo momentos de verdadero pique en el toreo de salón. Es estimulante que los compañeros aprieten de esta forma. El cartucho del pescao comienza a ser ya poca cosa. El repertorio se amplía. Empezamos a intentar cosas nuevas y noto como los alumnos del taller se sienten felices y confiados.
Definitivamente mi amigo Charly tiene razón: "torear dibuja sonrisas".
No quiero dejar de hacer una mención especial al Matador de Toros Javier Herrero quien tuvo el detalle de dedicarnos parte de su tiempo y sus conocimientos. Nuestro agradecimiento sincero para él.
No tengo imágenes de todos porque no paramos de embestir y torear. Os pido disculpas por ello.
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