Summa cum laude

Summa cum laude es el reconocimiento por un desempeño poco común, que sólo se otorga en contadas ocasiones. Reservado únicamente para estudiantes realmente brillantes.

Y verdaderamente no tengo duda de que esta es la calificación que habéis merecido todos en la clase práctica final de nuestra temporada para aficionados prácticos, por vuestra afición y por vuestra actuación en el ruedo.

Porque hacían falta grandes dosis de afición para no venirse abajo con la tromba de agua que cayó el sábado y aparecer a la hora del sorteo como vinisteis, rebosantes de ilusión y ganas de que todo saliera perfecto.

Y porque cada uno de vosotros supo dar un ejemplo admirable. Una lección de compañerismo, respeto, saber estar y torería. Sólo puedo deciros que de mayor querré ser como vosotros.

¿Qué cómo estuvieron estos hombres? Pues para sacarlos en hombros. Los hubo con bragueta, con calidad, con ilusión, verticales, poderosos, arrebatados, entregados, variados, con pellizco. Hubo de todo y todo bueno. Pero mejor vedlo en estas imágenes que no dan más que una idea de lo que pudimos vivir.



Pero hubo más y no me perdonaría que se pasara por alto:

Hubo quien a lo largo de la temporada y en nuestra última clase tuvo la paciencia y la generosidad de dedicar su tiempo a compartir con nosotros sus conocimientos sobre el toreo.

Hubo quien se ocupó durante meses de criar y alimentar la bravura de 4 becerros para que nosotros los pudiéramos gozar. Los que sueña cualquier torero. Los que te hacen, al menos por un momento, dudar de las convicciones toristas. ¡Qué provocadora reflexión para este otoño recién llegado!

Hubo quien se ocupó durante meses de tener siempre a punto la plaza y el ruedo y que fue capaz, todavía me parece increíble, de obrar un milagro de achique y drenaje que nos permitió finalizar la temporada disfrutando como niños.

Vosotros sabéis bien quienes sois. Gracias a todos por una temporada inolvidable.

Vosotros si que os habéis merecido este summa cum laude.